lunes, 31 de agosto de 2015

Libro de Bocetos



Desde que abrí mi taller de encuadernación siempre me incomodó la frase ''en casa de herrero, cuchillo de palo''.
Por mi formación como diseñador creo firmemente en que uno debe tener una idea muy clara de la obra a ser ejecutada. Esa obra no puede ser solo el resultado de una imagen mental, ni la consecuencia accidental de sumar materiales y destrezas. Si bien es cierto hay encuadernadores muy hábiles, verdaderos maestros que logran mezclar de forma armoniosa la técnica y la intuición para dar vida a libros que son verdaderas obras de arte, también he visto el trabajo de encuadernadores que escasos de experiencia dejan a la casualidad el resultado final de sus obras, obteniendo naturalmente ejemplares pobres y de mal gusto, o demasiado simples por el hecho de no explorar sobre un papel las posibilidades tan amplias que ofrece el arte de la encuadernación. La obra que se vislumbra en la mente - libro, casa, pintura, tema musical, edificio, y demás ejemplos - debe ser traída al mundo real, previa a su elaboración, sea mediante los recursos electrónicos o a la antigua, papel y lápiz. De este modo podemos comparar la idea más refinada con la primera visión y comprobar que las proporciones, los detalles, los acabados, el color, en fin, todo, absolutamente todo, al ser visto sobre un formato, y mejor aún en una maqueta, promete un resultado acorde a esa primera inspiración.
Desde cierto punto de vista es también un proceso mágico: la visión traída a la realidad por medio de formulas, rituales y herramientas muy personales
Pero estoy divagando...
En fin, a lo largo de los años me molestaba confeccionar libros de diversos estilos y acabados para variedad de clientes, mismos que había diseñado previamente en cualquier trozo de papel que encontraba en el taller. y que iba ''archivando'' en una tabla con prensa. Por otra parte necesitaba una muestra inmediata de todas las cosas que en acabados se le pueden ofrecer al cliente justo al momento de reunirse con él para tomar sus ideas e iniciar los bocetos. Por otra parte, es justo y necesario preservar la inspiración proveniente de la musa. Fue debido a estas razones fue que a lo largo de los meses, entre trabajo y trabajo, fui encuadernando para mi este, mi ''Libro de Bocetos''.
Las ''paredes'' en los cantos frontales de las portadas ofrecen protección extra a este libro que debe conservar las ideas propuestas por muchos años, así mismo los dientes ( dos puntas de flechas de tungsteno Easton X10 ) al encajarse en los orificios de la pared opuesta evitan que las costuras en el lomo se aflojen por la manipulación del libro e incrementa la solidez del mismo. Los marmoleados de las guardas son obra del artista y encuadernador mexicano Raúl Díaz Heredia. Cortes del libro recubiertos de una pátina de oro de aspecto añejado.
Como anécdota, el primer boceto que llevé a cabo en este libro fue el del ejemplar que debí llevar a cabo para Su Santidad El Papa Francisco. 
En casa de herrero, cuchillo de oro, libro de lujo.



















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El Diario de los Viajes | Luis Montero | 2015 Ò